
Empiezo mi nueva vida. Minuciosamente, preparo otro comienzo. Esta vez no hay lágrimas en los ojos, pero partículas de sudor escapan por los poros de mis manos. Y nuevamente, rostros sin nombre me rodean. Miradas desconocidas que, tímidamente, se buscan unas a otras, al mismo tiempo que temen encontrarse. Hoy son extraños, mañana, no lo sé.
Yolanda A.
1 comentario:
No todas las recompensas merecen la pena y no todos los esfuerzos encuentran recompensa.Suerte en el inicio de esa nueva vida y recuerda que quizas no todas las miradas sean extrañas,solo las que no son indiferentes.
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